La pequeña agricultura
alimenta al mundo

 
 

UNA NECESARIA MIRADA AL PASADO

 

“No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos.”

— Proverbio indígena de los indios de América del Norte.

 

Reconocemos que el mundo agrario ha vivido un gran desarrollo y que este desarrollo ha provocado también enormes desequilibrios (ambientales, de acumulación de la riqueza, despoblación rural, de género...). Pensamos que ahora, más que nunca, es necesario observar con atención nuestro entorno, nuestras raíces, y recuperar el testimonio de la vieja cultura agraria. Apostamos por una agricultura que fomente la biodiversidad, aumente la fertilidad del suelo y valorice determinadas técnicas agrarias de manejo de los ecosistemas.

LA AGROECOLOGIA nos permite ser singulares y únicos en el mundo global.

Contamos con la certificación del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica (CCPAE), pero en el cultivo de nuestras fincas intentamos ir más allá de la certificación ecológica. Teniendo en cuenta que uno de nuestros mayores objetivos es recuperar la FERTILIDAD DE LA TIERRA, nuestra mirada traspasa el momento actual y se proyecta hacia el futuro. Por este motivo desde hace ya cierto tiempo nuestra actividad está centrada en todo lo que no vemos a simple vista, pero  que a través de la observación se hace palpable en los ecosistemas.

Nuestros campos los fertilizamos con ABONOS ORGÁNICOS de proximidad y de origen animal y vegetal. Los tratamientos que aplicamos son a base de azufre, y de cobre en menor medida. Seguimos el CALENDARIO LUNAR tanto en los trabajos agrícolas como en los de la bodega. Trabajamos con CAPAS VEGETALES espontáneas y en algunas fincas sembramos para hacer abono verde cuando es posible. Hace ya tiempo que estamos reduciendo las labores de labranza. Esta manera de trabajar nos permite proteger el suelo de la erosión, reducir la huella de carbono, evitar la compactación de la tierra, aumentar la BIODIVERSIDAD y optimizar los recursos no renovables y valiosos como son el agua y los combustibles

 

UNA NECESARIA MIRADA AL PASADO


 

“No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos.”

— Proverbio indígena de los indios de América del Norte.

 

Reconocemos que el mundo agrario ha vivido un gran desarrollo y que este desarrollo ha provocado también enormes desequilibrios (ambientales, de acumulación de la riqueza, despoblación rural, de género...). Pensamos que ahora, más que nunca, es necesario observar con atención nuestro entorno, nuestras raíces, y recuperar el testimonio de la vieja cultura agraria. Apostamos por una agricultura que fomente la biodiversidad, aumente la fertilidad del suelo y valorice determinadas técnicas agrarias de manejo de los ecosistemas.

LA AGROECOLOGIA nos permite ser singulares y únicos en el mundo global.

Contamos con la certificación del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica (CCPAE), pero en el cultivo de nuestras fincas intentamos ir más allá de la certificación ecológica. Teniendo en cuenta que uno de nuestros mayores objetivos es recuperar la FERTILIDAD DE LA TIERRA, nuestra mirada traspasa el momento actual y se proyecta hacia el futuro. Por este motivo desde hace ya cierto tiempo nuestra actividad está centrada en todo lo que no vemos a simple vista, pero  que a través de la observación se hace palpable en los ecosistemas.

Nuestros campos los fertilizamos con ABONOS ORGÁNICOS de proximidad y de origen animal y vegetal. Los tratamientos que aplicamos son a base de azufre, y de cobre en menor medida. Seguimos el CALENDARIO LUNAR tanto en los trabajos agrícolas como en los de la bodega. Trabajamos con CAPAS VEGETALES espontáneas y en algunas fincas sembramos para hacer abono verde cuando es posible. Hace ya tiempo que estamos reduciendo las labores de labranza. Esta manera de trabajar nos permite proteger el suelo de la erosión, reducir la huella de carbono, evitar la compactación de la tierra, aumentar la BIODIVERSIDAD y optimizar los recursos no renovables y valiosos como son el agua y los combustibles

 
 

SOMOS ARTESANAS

 

 

Nos reivindicamos como ARTESANAS: La mayor parte de los trabajos del campo los hacemos de forma manual, especialmente las podas de primavera y la vendimia.

VENDIMIA es emociones a flor de piel: es el momento en que recogemos el fruto de todo el año, en el momento óptimo de maduración, a mano, con muchas manos que lo hacen posible. Considerando que el vino se hace en la viña, la selección de la uva la hacemos sobre las cepas. La uva es el reflejo de su entorno natural que en cada cosecha marca sus SINGULARIDADES.

Con la incorporación de Pili Sanmartín a la bodega hemos empezado, MADRE E HIJA, a desaprender juntas de nuevo. Un proceso vital que se concreta en la idea de la mínima intervención posible, combinando técnica e intuición.

Los últimos años han servido para reafirmarnos en nuestra idea de las variedades locales, buscando el material vegetal propio de la zona, el más auténtico y el que mejor se adapta a la tierra y a nuestra forma de trabajar. De esta manera queremos elaborar vinos HONESTOS, que expresan AUTENCIDAD y que manifiestan la TIPICIDAD de nuestro territorio.

“En el sistema agroecológico, que respeta la vida coexisten tres economías: la de la naturaleza, la de la gente y la del mercado. Juntas constituyen una auténtica economía de sostenibilidad. La economía de la naturaleza incluye la biodiversidad, la fertilidad del suelo y la conservación del agua, que juntas proporcionan las bases  ecológicas de las que depende la agricultura. La economía de la gente es una economía de sustento: las comunidades producen lo que necesitan y cuidan de otras. Y por último, la economía de mercado que propicia intercambios e interacciones entre seres humanos de carne y hueso, y no entre corporaciones”. 

— Vandana Shiva

 

SOMOS ARTESANAS


Nos reivindicamos como ARTESANAS: La mayor parte de los trabajos del campo los hacemos de forma manual, especialmente las podas de primavera y la vendimia.

VENDIMIA es emociones a flor de piel: es el momento en que recogemos el fruto de todo el año, en el momento óptimo de maduración, a mano, con muchas manos que lo hacen posible. Considerando que el vino se hace en la viña, la selección de la uva la hacemos sobre las cepas. La uva es el reflejo de su entorno natural que en cada cosecha marca sus SINGULARIDADES.

Con la incorporación de Pili Sanmartín a la bodega hemos empezado, MADRE E HIJA, a desaprender juntas de nuevo. Un proceso vital que se concreta en la idea de la mínima intervención posible, combinando técnica e intuición.

Los últimos años han servido para reafirmarnos en nuestra idea de las variedades locales, buscando el material vegetal propio de la zona, el más auténtico y el que mejor se adapta a la tierra y a nuestra forma de trabajar. De esta manera queremos elaborar vinos HONESTOS, que expresan AUTENCIDAD y que manifiestan la TIPICIDAD de nuestro territorio.

“En el sistema agroecológico, que respeta la vida coexisten tres economías: la de la naturaleza, la de la gente y la del mercado. Juntas constituyen una auténtica economía de sostenibilidad. La economía de la naturaleza incluye la biodiversidad, la fertilidad del suelo y la conservación del agua, que juntas proporcionan las bases  ecológicas de las que depende la agricultura. La economía de la gente es una economía de sustento: las comunidades producen lo que necesitan y cuidan de otras. Y por último, la economía de mercado que propicia intercambios e interacciones entre seres humanos de carne y hueso, y no entre corporaciones”. 

— Vandana Shiva

 
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